Nos hemos acostumbrado a ver camiones en los que cuelgan los calendarios Pirelli, pero es posible que tengamos que ir habituándonos a que en los coches fúnebres también cuelguen otros calendarios, algo más agoreros, pero del mismo corte. En 2001, uno de los dueños de Cofani Funebri, una empresa italiana que vende ataúdes, decidió que era el momento de diferenciarse de las demás empresas del gremio. Dado que en la venta de féretros la innovación es mínima (un ataúd tumbado, un ataúd de pie...), Maurizio Matteucci decidió que lo mejor para vender sus ataúdes, que no son ni más cómodos ni más incómodos que el resto, era adornarlos con unos cuerpos bonitos.
"Creíamos que no sería una mala idea vender nuestros productos de una forma divertida. La idea era vender los féretros con una mujer guapa al lado, como se hace con los coches y con los teléfonos móviles", asegura Matteucci en declaraciones recogidas por El Periódico.
El dueño, que es a la vez el fotógrafo, asegura que los calendarios están siendo un éxito, y que les han pedido ejemplares desde todo el mundo, aunque sus "grandes mercados son Estados Unidos y el norte de Europa".
Él mismo reconoce que los calendarios causaron controversia en un principio porque la población "no entendía que se mezclaran sexo y muerte", aunque después les felicitaron "por su sentido del humor".
"Al principio sólo vendíamos féretros en Italia, pero desde que publicamos los calendarios nos llegan ofertas del extranjero", por lo que están estudiando las posibilidades "de comenzar a exportar", concluye Matteucci.
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