Los colegas de Jim Abernethy le habían advertido que cancelara las excursiones para observar tiburones que su empresa programaba en el sur de la Florida. Le dijeron que su práctica de llevar buzos a mar abierto, lanzar al agua carnadas para atraer a los escualos y permitir que los buzos nadaran entre ellos sin una jaula de metal algún día iba a terminal mal. Ese día fue el fin de semana pasado.
El abogado austríaco Markus Groh, de 49 años, murió de las mordidas que sufrió el domingo frente a Great Isaac Cay, en las Bahamas. Los médicos del Hospital Jackson Memorial no pudieron salvarlo después de que el Servicio Guardacostas lo trasladó a esa instalación médica en helicóptero.
Groh, dos amigos y otros austríacos buceaban desde el Shear Water, un yate de 70 pies propiedad de Scuba Adventures, de Abernethy y con sede Riviera Beach. Parece que Groh fue mordido en una pierna, pero la Oficina del Médico Forense de Miami-Dade todavía investiga el caso.
La página electrónica de Abernethy promociona excursiones para nadar con los tiburones y ver en acción especies como el cabeza de martillo, tigre y otros. El viaje de Groh debía ser una aventura de seis días en el mar en busca de esas especies de tiburón, consideradas entre las más peligrosas. Los buzos bajan sin la protección de una jaula de metal mientras la tripulación atrae a los peces con restos sanguinolentos de pescados, según la página electrónica.
Fuente: noticias24.com
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