Las calles han quedado desiertas tras una jornada de violencia en la que al menos cinco personas han muerto. Es el resultado de la represión militar contra cientos de monjes y otros tantos opositores al gobierno de la Junta Militar que desde hace días se manifiestan pacíficamente en la principal ciudad birmana, Rangún, por la democratización del país. Puede leer la crónica completa pulsando aquí.
jueves, 27 de septiembre de 2007
Revolución de monjes budistas se tiñe de sangre
Publicado por
Tom
en
7:07 a. m.
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