Sabemos que no hay ningún lugar en el cuerpo que actúe como interruptor, cuyo contacto o caricia, provoque automáticamente el deseo sexual.
En nuestra cultura, las mujeres consideran estas zonas como agradables al tacto y muy sensuales, siempre que la persona que las toque sea de su agrado y deseen un contacto sexual.
Oídos, oír. Las orejas y sobretodo los lóbulos son una de las zonas erógenas más interesantes y sorprendentes, besar detrás de la oreja y susurrar palabras eróticas, son el medio para que el 17% de las mujeres encuestadas por A.Freeman consigan un orgasmo. Los lóbulos son un rasgo exclusivamente humano y durante mucho tiempo se pensó que no tenían ninguna función biológica, ahora se sabe que son esencialmente sexuales, porque aumentan su tamaño durante las prácticas amorosas, una ligera succión puede desencadenar un grado muy alto de excitación. Cuero cabelludo. Un buen masaje en el cuero cabelludo es una excelente preparación para una noche de amor, puedes hacerlo con un cepillo, un peine o las manos, lo importante es mover la raíz del pelo con suavidad, ¿quién no recuerda el innegable erotismo de la secuencia del lavado de cabeza en “Memorias de África”? Nariz. El olor de pan reciente y el de sudor “fresco” son los más estimulantes para un 40% de las mujeres encuestadas, las responsables son unas glándulas odoríferas llamadas apocrinas que segregan el “olor del amor”. La mayoría de los buenos perfumes, los más caros, contienen este tipo de esencia. Mejillas. Dice el Ananga Ranga, uno de los libros sabios en erotismo de la India, que el beso de mejilla te ayudará a despertar la pasión de tu compañera, coloca la nariz sobre su mejilla e inhala suavemente. Ojos. Los ojos son la puerta del alma, en ellos puede leerse el amor, las pupilas de las personas enamoradas se dilatan en presencia de su objeto amoroso. Labios. Los labios son un rasgo que compartimos con los demás primates, los tenemos revertidos, es decir, que al evolucionar se han enrollado hacia fuera para exponer la suave mucosa que en principio estaba en el interior de la boca. Los labios humanos se comportan como los genitales, se hinchan e intensifican su color durante la excitación tornándose más sensibles y llamativos, esto es percibido por nuestro cerebro como una llamada sexual (posiblemente la costumbre de pintarse los labios o hacerlos parecer más turgentes tenga su origen en este tipo de llamada sexual). Según las enseñanzas del Tantra entre los labios y el clítoris hay un camino que conecta directamente con la cabeza de la Kundalini, la serpiente sexual que duerme enrollada en la cintura, y que su despertar nos conduce al éxtasis sexual. Axila. El “rincón del placer” lo llamó Baudelaire. Se llama axilismo a usar esta zona para un pseudocoito. Sorprendentemente un 10% de las mujeres lo consideran una de las zonas más erógenas de su cuerpo. Hombros. El 20% de los hombres se siente atraídos por los hombros femeninos y un 19% de las mujeres sienten que las caricias en los hombros son profundamente eróticas para ellas. El cuello. El cuello es la zona erógena por excelencia entre los orientales. El 70% de las mujeres consideran muy excitante el beso en el cuello. La clavícula. El rincón del desmayo, un beso en el hueco de la clavícula puede provocar un desmayo porque al presionar el latido de la carótida corta el riego sanguíneo del cerebro. Pecho. La segunda más importante zona erógena del cuerpo femenino. En la encuesta de A. Freeman sobre formas de conseguir el orgasmo, el 57% de las mujeres encuestadas lo consiguen por la succión de los pezones, el 16% amasando, el 12% empujando y amasando y un 2% preferían cualquier otra zona y se sentían mal o muy mal con este tipo de caricias. Por otro lado el 82% de las mujeres no desean la caricia en el pecho al principio de la relación preferían en cualquier sitio como pies, pelo, hombros o nuca. Barriguita. La mayoría de las mujeres se sienten a disgusto con su barriguita y prefieren que su pareja no se entretenga demasiado en esta zona, no obstante, el abdomen femenino, en la mayoría de las culturas africanas, es la parte más atractiva del cuerpo femenino y la más erógena. Una prolongada caricia con la boca en el ombligo y sus alrededores durante el embarazo hará que el niño sea más fuerte y sano. El final de la espalda (La rabadilla). Según la tradición Yogui y la acupuntura china existe un punto cercano a la rabadilla que si se presiona convenientemente favorece el deseo en las mujeres, porque hace que la sangre afluya a los genitales. Culo. En segundo lugar en el deseo masculino, el primero son los senos, y después aunque a una gran distancia están los ojos, los pies y la sonrisa. Para las mujeres el culo propio no es una gran zona erógena pero un 15% prefieren la penetración por detrás porque de este modo pueden estimularse el clítoris sin sentirse avergonzadas. Un 45% de los hombres se excitan palmeando o arañando las nalgas. Genitales. Según una encuesta del Instituto de Estudios del Sexo sólo entre el 6% y el 18% de las mujeres encuestadas consiguen el orgasmo con la penetración, el resto precisan de estimulación clitoriana durante el tiempo de la penetración y un 6% nunca y en ninguna situación consiguen el orgasmo con esta técnica.
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