jueves, 27 de septiembre de 2007

Caos en Birmania: muere japonés y budistas pasan a la acción

Un fotógrafo japonés ha sido la primera víctima extranjera que ha dejado el conflicto en Birmania.Fuentes de la embajada japonesa han confirmado la muerte este jueves de uno de sus ciudadanos, que se encontraba trabajando en el país para cubrir el conflicto.

La situación es insostenible. Tanto que un grupo de monjes budistas ha retenido a a funcionarios de la Junta Militar birmana en el monasterio de Ngwekyaryan en el este de Rangún, donde las fuerzas de seguridad han vuelto a disparar contra los manifestantes.

La embajada española ha anunciado la presencia en Birmania de, al menos, quince ciudadanos españoles, según informa RNE. De acuerdo con testigos citados por la emisora, los españoles permanecen dentro de los hoteles donde se alojan para protegerse del caos que asola las calles.

Más detenidos y heridos

Los cuerpos de seguridad efectuaron disparos de advertencia, lanzaron botes de gas lacrimógeno y detuvieron a más de un centenar de personas para dispersar a los manifestantes, entre ellos monjes budistas, que volvieron a salir hoy a Rangún para condenar la Junta Militar de Birmania (Myanmar).

La fuerte represión militar que sufren desde ayer los monjes budistas en Birmania no parece frenarles a la hora de seguir protestando, y menos ahora que la población birmana también se ha echado a la calle para condenar la violencia.

Miles de manifestantes, hasta 70.000, según algunas fuentes, llegaron a congregarse hoy en el centro de Rangún y gritar consignas contra el régimen militar como "Venceremos", "Venceremos".

La población civil no está dispuesta a permitir "que se mate a golpes a los monjes" y no pararán hasta que cese el asedio a los religiosos.

Esta noche, más de 800 monjes fueron detenidos durante varias redadas efectuadas en cuatro monasterios de Rangún, y durante las cuales murió un bonzo y otros siete resultaron heridos de bala. Ésta es la sexta víctima mortal desde que ayer comenzara la represión a las protestas de los monjes, que se saldó con un balance de cinco fallecidos.

No dejan entrar al enviado de la ONU

El Gobierno de Singapur instó hoy a la Junta Militar de Birmania a que no sofoque por la fuerza las manifestaciones y permita entrar al país al enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari. Singapur, uno de los mayores inversores en el país, "está muy preocupado por los informes de que las protestas en Rangún están siendo suprimidas por la fuerza".

"Pedimos a las autoridades de Myanmar (antigua Birmania) que ejerzan el mayor grado de contención posible", reza un comunicado del Ministerio de Exteriores de la ciudad-estado.

La ONU no condena

Por otra parte, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el miércoles, a petición del Reino Unido, ante el profundo deterioro de la situación. La ONU, que al final pidió "contención" a Rangún, evitó su condena por el desacuerdo de China.

Los Estados miembros de la UE han acordado hoy preparar con urgencia nuevas sanciones contra el régimen militar birmano.

En España, el PSOE ha instado a la comunidad internacional a utilizar "todos los instrumentos" para poner fin a la represión.

El origen del conflicto

El conflicto que se vive estos días en Myanmar tiene unas raíces que se remontan hasta 1962, año en que se impuso un régimen militar liderado por el general Ne Win.

Después de instaurarse el Consejo Militar, se aprobó una nueva Constitución y se constituyó el país como una República Socialista (enero de 1974). Precisamente, Ne Win fue elegido presidente (1978). Sin embargo, en 1981 dimitió. Y desde entonces el poder se gobernó en forma de dictadura militar.



0 comentarios: