Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, no podrá ser homenajeado con un monumento en el centro de Praga luego de que los vecinos del lugar prefirieran rendirle un póstumo reconocimiento a las cabras que habitaron allí hace más de cien años.
La personalidad humana y el carácter social, largamente estudiadas por el teórico austríaco, determinaron su derrota a la hora de decidir si en la Kozi Placek (Plaza de la Cabra) deberían regresar los animales o las teorías del "Super-ego".
La asociación Amigos de la Cabra, que obtuvo el 75% de los votos para desterrar el monumento a Freud, basó sus tesis en que un homenaje de este tipo puede ser ubicado en cualquier sitio de la República Checa, mientras "la estatua de una cabra debe estar ubicada únicamente en la Plaza de la Cabra".
La condena de varios representantes del psicoanálisis checo no se hizo esperar, aunque entre los discípulos del estudioso austríaco existen algunas teorías para explicar la aplastante derrota: "los habitantes de Praga están más locos que una cabra".
La personalidad humana y el carácter social, largamente estudiadas por el teórico austríaco, determinaron su derrota a la hora de decidir si en la Kozi Placek (Plaza de la Cabra) deberían regresar los animales o las teorías del "Super-ego".
La asociación Amigos de la Cabra, que obtuvo el 75% de los votos para desterrar el monumento a Freud, basó sus tesis en que un homenaje de este tipo puede ser ubicado en cualquier sitio de la República Checa, mientras "la estatua de una cabra debe estar ubicada únicamente en la Plaza de la Cabra".
La condena de varios representantes del psicoanálisis checo no se hizo esperar, aunque entre los discípulos del estudioso austríaco existen algunas teorías para explicar la aplastante derrota: "los habitantes de Praga están más locos que una cabra".
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