Pintor, ilustrador, publicista, cineasta, editor, escritor, fotógrafo, empresario, celebridad... Se cumplen dos décadas de la muerte del polifacético Andy Warhol, que irrumpió en el mundo del arte de los cincuenta como un artista del Renacimiento, abierto a todas las formas de expresión, y lo transformó para siempre.
Hoy, el legado de Warhol sigue vivo y el mundo recuerda al padre del pop art con exposiciones retrospectivas en puntos de Corea, Rusia, Italia, España, entre otros, y en especial, Nueva York, su ciudad de adopción y catalizadora de su frenético y rentable afán creador.
Desde enero se suceden exposiciones en Manhattan, pero los actos oficiales llegarán a final de año, organizados por el Museo y la Fundación Andy Warhol, e incluirán lecturas de poesía, una exhibición fotográfica de Lou Reed y un simposio sobre la obra de Warhol.
Además, en otoño el Museo inaugurará una retrospectiva y estrenará su filme San Diego Surf (1968), junto con el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Warhol llenó los museos de objetos cotidianos y de sus cuadros serigrafiados y de gran formato de iconos como Marilyn Monroe o Liza Minelli, así como de elementos de la cultura de masas como la Sopa Campbell’s, los botes de jabón o la Coca-Cola. Con ellos forjó el pop art, que nació como oposición al concepto de cultura de élite e inauguraba el arte comercial.
"Hacer dinero es un arte, trabajar es un arte y un buen negocio es el mejor arte", dijo el Warhol empresario. Y aunque en 1994, Sotheby’s no pudo vender diez de las doce obras que subastaba, sus creaciones se venden hoy mejor que nunca.
Por un Mao de 1972 pagaron 13 millones de euros, y por la serigrafía Small Torn Campell Soup Can, 8 millones. Veinte años después de su muerte, el aura de Warhol resplandece más que nunca.
En síntesis
Artista total: Warhol, que decía «Todo es bello», fue fotógrafo, pintor, cineasta, editor, publicista, ilustrador y hombre de negocios.
The Factory: Su ‘cuartel’ en Manhattan, epicentro de fiestas, películas y de la banda Velvet Underground.
Pop art: Los artículos de consumo y los iconos de la cultura de masas eran su fuente. Con las estrategias del pop, el arte dejaba de ser exclusivo de la élite.
Arte en serie: Para Andy Warhol, las obras de arte debían ser reproducidas en cadena o realizadas con técnicas como la serigrafía para borrar el rastro de la mano del artista.
Fama para todos: Dijo: «A todo el mundo le deberían tocar 15 minutos de fama en la vida», que sintetizaba su afán por pulverizar la cultura elitista fabricando un arte masivo.
‘Songs for Drella’: El réquiem que Lou Reed y J. Cale compusieron tras la muerte de quien para ellos era un «cruce entre Drácula y Cinderella».
Hoy, el legado de Warhol sigue vivo y el mundo recuerda al padre del pop art con exposiciones retrospectivas en puntos de Corea, Rusia, Italia, España, entre otros, y en especial, Nueva York, su ciudad de adopción y catalizadora de su frenético y rentable afán creador.
Desde enero se suceden exposiciones en Manhattan, pero los actos oficiales llegarán a final de año, organizados por el Museo y la Fundación Andy Warhol, e incluirán lecturas de poesía, una exhibición fotográfica de Lou Reed y un simposio sobre la obra de Warhol.
Además, en otoño el Museo inaugurará una retrospectiva y estrenará su filme San Diego Surf (1968), junto con el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Warhol llenó los museos de objetos cotidianos y de sus cuadros serigrafiados y de gran formato de iconos como Marilyn Monroe o Liza Minelli, así como de elementos de la cultura de masas como la Sopa Campbell’s, los botes de jabón o la Coca-Cola. Con ellos forjó el pop art, que nació como oposición al concepto de cultura de élite e inauguraba el arte comercial.
"Hacer dinero es un arte, trabajar es un arte y un buen negocio es el mejor arte", dijo el Warhol empresario. Y aunque en 1994, Sotheby’s no pudo vender diez de las doce obras que subastaba, sus creaciones se venden hoy mejor que nunca.
Por un Mao de 1972 pagaron 13 millones de euros, y por la serigrafía Small Torn Campell Soup Can, 8 millones. Veinte años después de su muerte, el aura de Warhol resplandece más que nunca.
En síntesis
Artista total: Warhol, que decía «Todo es bello», fue fotógrafo, pintor, cineasta, editor, publicista, ilustrador y hombre de negocios.
The Factory: Su ‘cuartel’ en Manhattan, epicentro de fiestas, películas y de la banda Velvet Underground.
Pop art: Los artículos de consumo y los iconos de la cultura de masas eran su fuente. Con las estrategias del pop, el arte dejaba de ser exclusivo de la élite.
Arte en serie: Para Andy Warhol, las obras de arte debían ser reproducidas en cadena o realizadas con técnicas como la serigrafía para borrar el rastro de la mano del artista.
Fama para todos: Dijo: «A todo el mundo le deberían tocar 15 minutos de fama en la vida», que sintetizaba su afán por pulverizar la cultura elitista fabricando un arte masivo.
‘Songs for Drella’: El réquiem que Lou Reed y J. Cale compusieron tras la muerte de quien para ellos era un «cruce entre Drácula y Cinderella».
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