
Hoy, el legado de Warhol sigue vivo y el mundo recuerda al padre del pop art con exposiciones retrospectivas en puntos de Corea, Rusia, Italia, España, entre otros, y en especial, Nueva York, su ciudad de adopción y catalizadora de su frenético y rentable afán creador.

Además, en otoño el Museo inaugurará una retrospectiva y estrenará su filme San Diego Surf (1968), junto con el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Warhol llenó los museos de objetos cotidianos y de sus cuadros serigrafiados y de gran formato de iconos como Marilyn Monroe o Liza Minelli, así como de elementos de la cultura de masas como la Sopa Campbell’s, los botes de jabón o la Coca-Cola. Con ellos forjó el pop art, que nació como oposición al concepto de cultura de élite e inauguraba el arte comercial.

Por un Mao de 1972 pagaron 13 millones de euros, y por la serigrafía Small Torn Campell Soup Can, 8 millones. Veinte años después de su muerte, el aura de Warhol resplandece más que nunca.
En síntesis
Artista total: Warhol, que decía «Todo es bello», fue fotógrafo, pintor, cineasta, editor, publicista, ilustrador y hombre de negocios.

Pop art: Los artículos de consumo y los iconos de la cultura de masas eran su fuente. Con las estrategias del pop, el arte dejaba de ser exclusivo de la élite.
Arte en serie: Para Andy Warhol, las obras de arte debían ser reproducidas en cadena o realizadas con técnicas como la serigrafía para borrar el rastro de la mano del artista.
Fama para todos: Dijo: «A todo el mundo le deberían tocar 15 minutos de fama en la vida», que sintetizaba su afán por pulverizar la cultura elitista fabricando un arte masivo.
‘Songs for Drella’: El réquiem que Lou Reed y J. Cale compusieron tras la muerte de quien para ellos era un «cruce entre Drácula y Cinderella».
0 comentarios:
Publicar un comentario