Los niños son capaces de tratar a los robots como si fuera un niño más, con una relación de igual a igual.
En Estados Unidos, un grupo de científicos incluyó a un robot en las clases de una guardería, para estudiar las reacciones de los pequeños y su interactuación.
Durante el tiempo que el robot estuvo entre ellos, los niños rieron a carcajadas con él, le abrazaron e incluso le taparon con una manta para que el robot pudiera dormir.
Para el estudio, elaborado por los expertos de la universidad de San Diego (California), se introdujo un robot en una guardería californiana durante 45 sesiones, a lo largo de cinco meses, según escribe Rosa M. Tristán en El Mundo.
Los niños que formaron parte del estudio tenían de 18 meses a 2 años de edad
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