Hace sólo unos pocos años los turistas se subían a las Pirámides de Guiza para emular al propio Napoleón o grababan su nombre entre sus piedras, pero hoy acciones como éstas se han convertido en altamente peligrosas.
Y el castigo no será simbólico, sino "la cadena perpetua y el pago de una multa de 500.000 libras (100.000 dólares) para quien cometa cualquier agresión contra las antigüedades", afirmó el secretario general del CSA, Zahi Hawas, que está detrás de estas propuestas.
Ni siquiera los propietarios de los caballos y los camellos que ofrecen paseos para los turistas en la meseta de las Pirámides estarán libres si se atreven a golpear las piezas y dañarlas, pues también a ellos les tocará pasar el resto de su vida en la cárcel, advierte Hawas.
Tampoco escapará de la prisión y de la multa quien construya una vivienda en un terreno de las antigüedades, siempre que el Parlamento apruebe estas propuestas.
"Se han detectado 6.000 agresiones contra las antigüedades y la pena de cárcel para los autores de ese tipo de irregularidades era sólo cinco años de cárcel", explicó Hawas para justificar su idea de que hay que cambiar la actual ley vigente desde 1983, que calificó de "muy débil".
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