Un marine estadounidense bebe la sangre de una cobra tras un ejercicio de "supervivencia" en la jungla en un campo de entrenamiento en Chanthaburi, Tailandia. Luego se preguntan a qué se deben las violaciones a los derechos humanos en Irak.
domingo, 20 de mayo de 2007
Marine norteamericano bebiendo sangre de cobra
Publicado por
Tom
en
7:01 a. m.
Etiquetas: fotos
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1 comentarios:
Así que lo que confirma la mala voluntad de un ejército es su actitud poco civilizada. Beben sangre de cobras y por ello se comportan como salvajes. Según tú, salvajes son esos locos que viven en la jungla y se alimentan con sus propias manos.
Pero tú que compras la comida en el supermercado y votas a los gobiernos que deciden tu futuro y que eligen por ti bajo la creencia de que tienes algo que decir en este mundo enfermo por engañarte apadrinando un niño o financiando alguna "oenegé solidaria" eres perfectamente civilizado.
Sigues al pie de la letra "Los derechos humanos", y te crees que eso es "justicia".
Es la cultura, no norteamericana, sino la cultura, en general, de una civilización la que la distingue, y no la zona geográfica en la que se ubica dicha cultura.
En USA mucha gente es mucho más autosuficiente que en Europa. Por decir algo a favor de una nación de mierda como tantas otras, usada de "ejemplo de lo que puede llegar a ser una sociedad que no se controla", para poner por encima a los civilizadísimos y perfectos europeos.
Me da asco que a estas alturas, cuando la antropología ya ha desvelado la superioridad (tanto estratégica como en calidad de relaciones entre individuos), como podrías leer en "Economía de la Edad de Piedra" de Marshall Sahlins o en algunos pasajes de Marvin Harris, haya quien siga denominando como brutal y deleznable al acto más lógico de alimentación: la caza con las propias manos.
Es la cultura de la política (el arte de mentir), la guerra (desconocida para pueblos como los bosquimanos y donde quienes en los Estados civilizados van un equipo profesional y no los directamente implicados, es decir, los políticos que la declaran), de la división del trabajo y la alienación (donde la gente en lugar de saber hacerlo todo por sí sóla y ser autosuficiente, prefiere la organización, es decir, el desorden), de la mutilación de la conciencia, de las CÁRCELES, y no sólo de Guántanamo (videovigilancia, contraseñas, estados policiales, tecnología de control último modelo)...
es la cultura de la cárcel, en un sentido global, la que provoca en la vida civil o militar lo que ocurre en cualquier vulgar prisión: asesinato a sangre fría, tortura, perversión, manipulación, violación...
eso, y no beber sangre de cobra.
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